EL MONASTERIO DE SAN LEONARDO. ENTRE LA HISTORIA Y LA LEYENDA

El Monasterio de  san Jerónimo, conocido popularmente como los Reparadores y originariamente fundado como monasterio de san Leonardo, nos brinda una exposición con muchos detalles de su historia y de su leyenda, como podemos observar en este recorrido por la exposición, en el claustro del monasterio de san Jerónimo de Alba de Tormes. Quiero dar las gracias por las facilidades que me han dado los PP Reparadores para poder hacer las fotos, aunque los reflejos de los cristales me han "jugado una mala pasada". También pienso que nunca agradeceremos lo suficiente a nuestros vecinos sacerdotes del SCJ o PP Reparadores la inmensa labor realizada en el Monasterio y con el Monasterio.

Cuadros del Monasterio de San Leonardo





Rótulo del cuadro del Cristo de S. Leonardo



La entrada




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Detalles




LA SALUD DEL CUERPO.    
 LA BOTICA DEL MONASTERIO

Visitante, te doy la bienvenida a este San Leonardo del recuerdo. Tal como dicta nuestra  Regla, eres recibido y atendido, cualquiera que sea tu condición religiosa, social y económica, con sumo respeto y caridad, porque en ti estamos viendo al mismo Cristo.
¿Qué te ha traído a estos muros consagrados al silencio y la alabanza? ¿Quizás tu cuerpo sufre las consecuencias de nuestra débil condición?. Entra en la botica de nuestro monasterio. ¿Padeces tos, artritis o úlceras? Aquí tienes el producto más conocido que nos regala nuestra huerta: el regaliz. Pero son muchas más las hierbas que conservamos en sus correspondientes albarelos. Son éstos de cerámica de Talavera, marcados todos ellos con el escudo de nuestro monasterio: el candado, por San Leonardo, y el león, por nuestra Orden jerónima. Dichas hierbas son molidas en el mortero y mezclados en el cuenco de madera, originales de este cenobio. Siguiendo las instrucciones de los libros de farmacia (aquí se ha dejado abierto el hermano boticario un ejemplar de 1803), del Diccionario elemental de farmacia, botánica y materia médica de Manuel Hernández de Gregorio), en la  balanza de farmacia se ajustan las cantidades adecuadas, para no convertir un medio para sanar en un arma de matar.
Pero sigamos. Ya que te has acercado a nuestra casa, permítenos seguir mostrándote como vivimos los monjes jerónimos. Pero cuida que tu presencia no rompa el silencio de los monjes, ni se turbe el orden del monasterio.













INTIMIDAD DE LA COMUNIDAD.
 LA VIDA JERÓNIMA
Quizás te preguntes cómo vestimos los monjes jerónimos. El hábito que llevamos es sencillo y pobre. Lo compone una túnica blanca y un escapulario pardo, con capucha y ceñidor de cuero negro. Junto a é unimos una cruz, como signo de nuestras privaciones. Seguimos a Cristo según el modo de vida que nos enseñó Nuestro Padre San Jerónimo. Por eso desde que entramos en vida monástica, leemos y releemos su vida. Aquí tienes un ejemplar de la Vita Hieronimi Strudensis que escribió Enrico Cruz Herrera. Es de 1792.
Note asustes. El candado y la  cadena que ves no son para nosotros. Son el recuerdo y el símbolo del titular de nuestro monasterio: San Leonardo, un santo que se distinguió por la liberación de cautivos allá por el siglo VI.
Avancemos ahora entre estas paredes adornadas con un zócalo de cerámica mudéjar, del siglo XVI, hasta llegar a un corredor lleno de puertas pequeñas. Usemos estas llaves. Son originales. Abren y cierran nuestras celdas. Estos espacios no son solo lugares para descansar y tener espacio propio. Tienen una más alta finalidad: “Para salvaguardar mejor la vida de oración cada monje ha de tener su celda donde estemos recogidos para hablar más íntimamente con Dios en el silencio”. Dentro, además del camastro, una mesilla con su silla de paja y alga de chocolate para aliviar nuestras penitencias, puede que encuentres algunos libros como esta  Conducta para confesores de 1796, pues los jerónimos siempre tuvimos fama de buenos dispensadores de la misericordia de Dios. Pero ahora pasa y descansa.  










 




A DIOS SOLO  EL HONOR Y LA GLORIA.  
 LA  ALABANZA DIVINA Y LA LITURGIA
¿Oyes la campana repicar? Es la hora de alabar a Dios. “Convocados a la oración litúrgica, dejadas todas las cosas, vayamos con prestanza al coro, considerando que vamos a participar en aquel canto de alabanza que nuestro Señor Jesucristo inició en el misterio de la Encarnación y que la Iglesia continúa sin cesar”. Pasa a nuestra iglesia. Rodeados y ayudados por los ángeles cantores y músicos que decoran los nervios de la bóvedas del templo, sigue la melodía en los cantorales abiertos y en los antiguos pergaminos que laboriosamente copiaron nuestros hermanos y que se guardan celosamente en la sacristía del monasterio.
Si no estás muy entrenado en el arte de la voz, el saltero, ese instrumento de cuerda que ves aquí, te ayudará a tomar el tono adecuado, además de embellecer con sus acordes la alabanza que elevamos al Señor, a quien solo sea el honor y la gloria, que dice nuestro lema.
Tras la alabanza viene el Santo Sacrificio del Altar, la Santa Misa, que junto al Oficio divino “son el principal instituto de nuestra Orden”. Aquí tiene preparados el hermano sacristán un manípulo, el misal y un paño especial. Es para las lágrimas. Sí, porque eran muy frecuentes los casos de monjes sacerdotes que, arrasados en lágrimas de emoción, oficiaban cotidianamente la Misa. Fue por ello necesario, y se convirtió en norma, poner pañuelos colgantes en los altares con el objetivo de evitar que las lágrimas estropeasen los ornamentos sagrados.


















LA RESTAURACIÓN DEL ÁNIMO 
  EL REFECTORIO
El tiempo pasa y ya se ha echado encima la hora de restaurar nuestras fuerzas. Te invitamos a nuestro refectorio. Entre fragmentos originales y reproducciones actuales, aquí tienes la loza propia del monasterio de San Leonardo, como puede verse por su escudo, así como las escudillas y tazones de ordinario con el símbolo del candado que identifica a nuestro monasterio.
Nuestras reglas nos indican en esto del comer que “no nos carguemos con más de lo que pueden nuestras fuerzas y sigamos la recomendación de San Jerónimo: ´sea tu ayuno diario y tu refección sin hartura`. Una comida parca y templada es tan provechosa al cuerpo coma al alma”.
Por eso para que no nos distraigamos en demasía de nuestra vida contemplativa y olvidemos la fugacidad de la vida, siempre comemos en silencio mientras escuchamos algunas sabrosas reflexiones de piedad. Hoy tocan las Pláticas doctrinales de Fr. Francisco Miguel de Echeyerz, sobre la oración en común.
Y esta es nuestra vida, a la que has podido asomarte. Así somos los monjes jerónimos que, viviendo según  las enseñanzas de San Jerónimo, vivimos unidos en el amor total consagrada a Dios, entregados a la contemplación, para tomar parte en la misión de orar que Cristo asumió en su vida terrestre y que prosigue en el cielo.Oramos también por t ti, querido visitante. Que Dios bendiga tus pasos.










Cuadros y fotografías de las ruinas y su restauración por la Orden de los SCJ, PP Reparadores, que comienza en 1960 y en 1962 llegan los primeros novicios, etc.  pero esto lo podéis  leer en la foto anterior.




Las fotografías que vienen a continuación son un testimonio de la gran labor de los PP Reparadores y pueden considerarse documentos gráficos de gran valor.

































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