Unas pocas más de lo sucedido en Alba, ha sido algo extraordinario, por la fraternidad vivida entre acogidos y una gran parte de albenses, la despedida también ha sido muy entrañable.
Desde aquí quisiera poner un granito para que estas vivencias no se pierdan y dar las gracias a todos los que hacen posible esto, desde el artífice de todo esto, el Beato Juan Pablo II, pasando por Benedicto XVI y la gran multitud de colaboradores, Dios les premie y les bendiga.
Creo que en Salamanca el domingo por la noche, después de estar en Alba de Tormes, fue un espectáculo de muchos quilates, armonía, colorido, diversidad, organización, etc., pero sobre todo se derrochó mucho amor, cortesía, educación, civismo, fraternidad, etc.
Todo un ejemplo para muchos de nosotros, ¡ah!, por cierto, la Plaza Mayor de Salamanca después de todo el espectáculo quedó más limpia que cuando empezó, a esto lo llamo yo una buena organización. Mi más cordial y sincera enhorabuena.
Esto es un vídeo del P. Julio Rincón, OCD de Alba de Tormes y colgado en Youtube.