TERESA DE JESÚS EN SALAMANCA
Conferencia del P. Manuel Diego, carmelita descalzo, en la iglesia de Santa María del Monte Carmelo de Salamanca, con motivo del V Centenario del Nacimiento de Santa Teresa de Jesús.
Iglesia del Monte Carmelo
TERESA DE JESÚS EN SALAMANCA (1570-2014)
Siempre es enriquecedor el volver los ojos y el corazón a Teresa de Jesús,
esa mujer del siglo XVI pero que aún siguen viva entre nosotros.
Ahora resulta que ella también estuvo muy vinculada a la Universidad de
Salamanca; algunos de sus catedráticos fueron confesores suyos; fr. Luis de
León llevó a cabo la primera edición de sus obras (Salamanca 1588); otro
catedrático, el jesuita Francisco de Ribera, escribió su primera biografía
(Salamanca 1590); y hasta en los procesos de beatificación participaron no
pocos profesores con sus declaraciones.
Las carmelitas descalzas de esta séptima fundación teresiana siguieron las
huellas de la fundadora y mantuvieron siempre trato privilegiado con tan
eminentes profesores.
Así lo fue relatando Manuel Diego Sánchez, carmelita albense, en una
conferencia pública conmemorativa de la fundación teresiana salmantina dentro
de los actos organizados por la comisión diocesana del V Centenario Teresiano. La
conferencia tuvo lugar en la iglesia de santa María del Monte Carmelo (paseo
de Carmelitas) de la ciudad de Salamanca (3.11.2014). Además destacó la
importancia de esta casa en la implantación del Carmelo Teresiano en Europa
(Francia y Bélgica). De aquí salieron tres monjas (1604), al frente del grupo
estaba Ana de Jesús Lobera (1545-1621), antes fundadora de Beas, Granada y
Madrid, una de las mejores discípulas de santa Teresa. Y aquel grupo reducido
de 6 monjas, entre las cuales se hallaba también la famosa Ana de san Bartolomé,
enfermera de santa Teresa y en cuyos brazos murió en Alba de Tormes, lograron
introducir el ideal teresiano en ambientes muy hostiles al catolicismo por el
creciente auge del protestantismo. En el fondo aquellas monjas (eran bien conscientes
de ello) no hacían más que llevar a cabo los propósitos de su madre fundadora
que, con sus conventos quería contrarrestar el avance protestante.
Manuel Diego intentó demostrar además que la historia posterior de este
Carmelo salmantino ha estado siempre marcada por esa preocupación de la
expansión de la Orden por todo el mundo. Así hasta nuestros mismos días.
La conferencia estuvo precedido de un acto recordatorio en la antigua Casa
de Santa Teresa, la casa de los estudiantes donde ella inauguró la
fundación el día de los Difuntos de 1570, hoy regentada por la congregación de
las Hermanas Josefinas. Tres años estuvo el Carmelo de santa Teresa en ese
emplazamiento para pasar a otros sucesivos; en total siete que las monjas con
ironía dicen haber recorrido ya las 7 moradas teresianas, y
que describimos a continuación:
. Casa de los
estudiantes, hoy casa de santa Teresa, en la calle Crespo Raspón (1570-1573);
. Casas de Don Pedro de
la Banda (entre plaza de san Benito y calle Doctrinos) (1573-1583).
. Casas de Don Cristóbal
Suárez de Solís (1583-1584);
. Hospital del Rosario,
junto al convento de San Esteban (1584-1614);
. Monasterio de nueva
planta en la Puerta de Villamayor, hoy Avenida de
Alemania (1614-1968)
. Colegio de Carvajal,
en forma provisional, hasta la construcción de la última sede (1968-1969)
. Monasterio actual del
Arenal del Ángel en el término de Cabrerizos, adonde se traslada la comunidad
el 11 de diciembre de 1969 y hace la inauguración oficial el 1 de noviembre de
1970, justo 4 siglos después de su llegada a Salamanca con Santa Teresa. Y es
aquí donde perduran todavía.
La mejor conclusión de
la conferencia fue el poder ver la continuidad del ayer con el hoy de este
Carmelo y que Manuel Diego quiso remarcar tanto con el fin de que cuando
buscamos HUELLAS DE SANTA TERESA en Salamanca, no nos olvidemos de sus hijas,
las monjas carmelitas descalzas que ahora viven en Cabrerizos, pero siempre son
el Carmelo heredero de aquella primitiva fundación teresiana.
Muy interesante fue
también el poder contemplar algunas piezas del rico patrimonio de esa
comunidad: reliquias, recuerdos, autógrafos y, sobre todo, el magnífico retrato
o cuadro de Santa Teresa que ellas conservan que, seguramente, es el más
genuino y fiel de los rasgos de la Madre, después de aquel famoso de Fr. Juan
de la Miseria conservado en Sevilla.
Con jornadas como ésta
el conocimiento de Teresa crece desde dentro, porque es poder constatar cómo
pervive su huella en el tiempo hasta nuestros días, sobre todo a través del acercamiento
a quienes entre nosotros hoy encarnan mejor el ideal teresiano, sus hijas
espirituales, las carmelitas descalzas.
Retrato de Teresa de Jesús, mandado pintar por Felipe II
Distintos momentos de la conferencia
OBJETOS CITADOS EN LA CONFERENCIA
Libro fechado en Alba de Tormes
Ampolla de agua bendita que siempre llevaba Santa Teresa de Jesús
Autógrafos de Teresa de Jesús
Estandarte
Anteriormente a esta conferencia tuvo lugar un acto conmemorativo de la 7ª Fundación que hizo Santa Teresa de Jesús en Salamanca.
En la primitiva casa de la fundación teresiana en Salamanca, (en la casa de los estudiantes), hoy casa de las Hnas. Josefinas, se conmemoró la que fuera 7ª Fundación Teresiana. El acto congregó a más personas de las que podían entrar en el salón, por lo que tuvo que hacerse en el patio claustro, o mejor, patio semi-porticado de la misma. Dos Hnas. Teresianas recitaron y cantaron, recitaron el pasaje de la fundación de esta casa y cantaron y cantamos el archiconocido "Nada te turbe".
Distintos momentos del acto
Entrada al antiguo convento
Patio
Lápida conmemorativa
Habitación que ocupó Santa Teresa de Jesús en la noche del 31 de Octubre al 1 de Noviembre de 1570, es decir, hace 444 años, hoy capilla josefina.
Artesonado mudejar de la habitación de la época de Santa Teresa de Jesús, por lo tanto, durmió bajo este techo.
Sala taller de trabajo de Santa Bonifacia
Esta imagen, de internet, nos recuerda la anterior.
Podemos observar por estas dos últimas fotografías que allí vivieron las Siervas de san José sus primeros pasos fundacionales, desde 1881, dirigidas por aquella santa mujer, Santa Bonifacia Rodríguez, que se inspiró tanto en santa Teresa para su ideal de vida religiosa, sobre todo en lo relativo a la devoción josefina. Además del valor teresiano del lugar, para estas religiosas viene a ser como la casa madre de su fundación.