LAS MORADAS según "GENERANDO ARTE"


Las Moradas

La Asociación de mujeres artistas Generando Arte han querido homenajear a santa Teresa de Jesús dentro de los actos para el V Centenario de su nacimiento reconociendo el importante y transcendental legado que aportó y que sigue despertando inquietudes y reflexión a otras disciplinas como es la artística.
La exposición quiere revisar e interpretar de forma visual una de las obras cumbres de santa Teresa de Jesús, Las Moradas o Castillo Interior  desde diferentes estilos y técnicas artísticas contemporáneas. Las Moradas, definen una alegoría de los grados de la vida espiritual desde la ascética hasta la mística.

Al recorrer la exposición visualmente cada una de las moradas por medio de la interpretación individual de cada artista. Por ello, en el itinerario se podrá observar la evolución de la vida espiritual descrita en esta obra literaria.

-Primeras Moradas, nos invitan a entrar “en el Castillo”, al conocimiento de uno mismo y a la recuperación de la sensibilidad espiritual.
-Segundas Moradas, una única obra nos muestra la importancia de la lucha entre la luz y la sombra donde todavía acecha el pecado y la veladura sugiere la oración meditativa.
-Terceras Moradas, reflejan la importancia de la prueba del amor a la que alude santa Teresa.
-Cuartas Moradas, nos muestran el paso a la experiencia mística de forma intermitente: “ el Alma se entra dentro de sí”.
-Quintas Moradas, se hace alusión al símbolo de la muerte del gusano de seda y cómo el alma renace especialmente en el amor al prójimo y a Dios.
-Sextas Moradas, sugieren, las obras, el crisol del amor que santa Teresa evoca en esta morada. Se trata de un nuevo modo de sentir.
 -Séptimas Moradas, dos obras las concluyen donde tiene lugar el matrimonio místico, la unión interpersonal de lo humano y lo divino.

Esta exposición le invita a visualizar la interpretación descrita por santa Teresa de Jesús del paso de la ascética (Moradas I, II y III) a la mística (Moradas V, VI, VII) unidas ambas por las IV Moradas a modo de enlace y siempre desde el punto de vista de las mujeres artistas de hoy que comtemplan implícitamente la figura de una mujer sabia, valerosa, luchadora y valiente.

                                                                                         (Tomado del folleto de la exposición) del 7 de octubre al 29 de noviembre. Casa Molino. Alba de Tormes.






Cap. 1, 1
Es considerar nuestras almas como un castillo todo de un diamante o muy claro cristal, adonde hay muchos aposentos, así como en el cielo hay muchas moradas.

 Pilar V. de Foronda



Cap. 1, 2
No es pequeña lástima y confusión que, por nuestra culpa, no entendamos a nosotros mismos ni sepamos quién somos.

 Teresa Muñoz



Cap. 1, 2
¿ No sería gran ignorancia, hijas mías, que preguntasen a uno quién es, y no se conociese ni supiese quién fue su padre ni su madre ni de qué tierra? Pues is esto sería gran bestialidad, sin comparación es mayor la que hay en nosotras cuando no procuramos saber qué cosa somos, sino que nos detenemos en estos cuerpos, y así a bulto, porque lo hemos oído y porque nos lo dice la fe, sabemos que tenemos almas.


 Cristina Recio



Cap. 1, 3
Consideremos que este castillo tiene muchas moradas, unas en lo alto, otras embajo, otras a los lados, y en el centro y mitad de todas éstas tiene la más principal, que es donde pasan las cosas de mucho secreto entre Dios y el alma.


 Luz Velasco


Cap- 1, 7
La puerta para entrar en este castillo es la oración y consideración.



 Jezabel Velasco




Cap. 2, 8
No habéis de entender estas moradas una en pos de otra, como cosa hilada, sino poned los ojos en el centro, que es la pieza o palacio a donde está el rey, y considerar como un palmito, que para llegar a lo que es de comer tiene muchas coberturas que todo lo sabroso cercan.

 Marisa M. Ruiz Zorrilla






Cap. único, 9
¡Paz, paz!, hermanas mías, Pues créeme, que si no la tenemos y procuramos en nuestra casa, que no la hallaremos en los extraños.

 Miren Manterola







Cap. 2. 6
La perseverancia en la solidaridad, es el valor que recorre las moradas de santa Teresa. Como un cauce de río continuo, que consiste en abrirse paso entre los obstáculos rocosos y el hierajo. La magnitud física del espíeitu que pocos recuerdan en su camino hacia la dignidad.

 Amparo Climent


Cap. 2, 13
En silencio y esperanza procurar vivir siempre.

María Jesús Abad







Cap. 1, 7
Para aprovechar mucho en este camino y subir a las moradas que deseamos, no está la cosa en pensar mucho, sino en amar mucho; y así lo que más os despertare a amar, eso haced.

 Marian M. Cañizares


Cap. 2, 2
El alma se entra dentro de sí.

 Antonia Valero







Cap. 3, 12
El os dará más que sepáis desear.

 Esther Pérez de Eulate


Cap. 4, 3
Porque todo es amor con amor.

 Adriana Exeni








Cap. 1, 9
Todo no es nada.

 Susana Ribuffo


Cap. 6, 8
Aunque cuando el fuego de adentro es grande, por recio que sea el corazón, destila como hace una alquitara.

 Sara Beiztegui



Cap. 3, 14
Lo uno es como quien oye, y lo de la imaginación es como quien va componiendo lo que él mismo quiere que le digan, poco a poco. 

 Asunción Bau



Cap. 1, 1
El alma ya está herida del amor del Esposo y procura más lugar para estar sola y quitar todo lo que puede, conforme a su estado, que la puede estorbar de esta soledad.

 Concha Mayordomo



Cap. 6, 12
Oh desventurados tiempos y miserable vida en la que ahora vivimos, y dichosas a las que les ha cabido tan buena suerte, que estén fuera de el.

 Ela Rabasco



Cap. 8, 3
No hayas miedo, que soy yo.

 Natacha Mazzitelli







Cap. 2,4
Como dos velas de cera se juntasen tan en extremo, que toda la luz fuese una, o que el pábilo y la luz y la cera es todo uno (respecto al matrimonio espiritual).

 Jasmina Merkus


Epílogo 3
Aunque no se trata de más de siete moradas, en cada una de éstas hay muchas: en lo bajo y alto y a los lados, con lindos jardines y fuentes y laberintos y cosas tan deleitosas, que desearéis deshaceros en alabanzas.


 María Jesús Aragoneses









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